Formas, colores, tamaños, diseños y ... ocurrencias ("novelties" dirían los anglosajones), esta última es la palabra que nos viene a la mente a la hora de presentar los variopintos ejemplares de hoy.
Ya no basta con aprovechar la superficie externa del lapicero para fines didácticos, promocionales, institucionales o simplemente estéticos; ni tampoco es suficiente con añadirle caprichosas figuritas y demás ornamentos, no, eso no es todo.
La siempre inagotable creatividad ha querido esta vez ir más lejos y ha acabado fusionando en un simple objeto de escritura diferentes usos. Y es que la idea de aprovechar al máximo la complicidad que silenciosamente surge entre nuestros dedos y los todavía útiles lapiceros parece no tener reparos.
Sin embargo, todo sea dicho, dado el cariño que uno acaba cogiendo a estas innovaciones, al final se termina por obviar su primitiva función de escribir o dibujar para limitarse a admirar su originalidad, ideal para un coleccionista, como es nuestro caso.
Aunque hay docenas de ejemplares, reflejando ya una tradición para nada reciente, hoy exponemos tres de estos "lapizymáscosas": Una colección de minerales dentro de un lapicero, unas baquetas-lápiz y un lapicero-marcapáginas, ¿alguien da más?.